Resulta que en los países occidentales los guardias fronterizos también aceptan sobornos en especie, cosa que la chica rusa sabía desde hacía tiempo, ya que contrabandeaba tranquilamente algunos paquetes prohibidos y estaba dispuesta a pagar lo que fuera por ello e incluso con gusto, sobre todo cuando hacía una mamada...
Hay una respuesta a la eterna pregunta: ¿por qué necesita una gran polla, cuando siempre tiene un consolador de su tamaño favorito a la mano?
Me he dado cuenta de que la pequeña pelirroja prácticamente no utiliza las manos cuando el macho está pegado a ella por detrás, se retuerce el culo y empuja la polla con la boca. Si al menos sus tetas fueran más grandes, las habría frotado aún, pero lo que hay es lo que hay, ¡y así será!
Vamos Marina, exactamente lo mismo, deja el tel.